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sábado, 20 de febrero de 2010

Viernes y Sábado en la mañana…

El día de ayer (viernes 20 de feb.) decidí salir, salí solo al cine. Fui a ver Percy Jackson, me pareció divertida es decir me fue un tanto indiferente la pela… Cuando estaba en el cine comencé a ver qué tipo de personas entraban en la misma, analicé el comportamiento de cada una de ellas, la forma como coqueteaban los enamorados, como se siguen utilizando las mismas “tácticas” que cuando yo tenía 14-13-12 (sí fui en horario de matiné al cine, gracioso o irónico pero tenía que hacer tiempo ya que tenía una cena luego). En fin fue una experiencia gratificante y sobre todo lleno de calorías (no estoy que voy al gym, digo que es por cansancio pero en realidad es por vergüenza de encontrarme con Karina y Gisela).
Cuando la película terminó, tomé un taxi y me dirigí al restaurante pactado, llegué temprano y me senté en la barra a esperar que lleguen los chicos de la reunión. Cuando estaba en la barra, llegó un grupo de 3 chicas, muy animadas, las cuales se sentaron en la barra también y pidieron unos tragos (estábamos en Bravo, entonces es normal que te vayas a la barra). Me encontraba disfrutando mi Juanito Caminante, vestido en negro (sí, va a pensar que botado pero cuando se trata de tomar prefiero tomar menos y no tener resaca a que a tenerla y morir. Además la reunión era medio “fichona” no me podía exponer). Dos de ellas pidieron una piña colada y la otra pidió un daiquiri, conversaban amenamente y sonreían. Una de ellas me preguntó la hora, miré el “cel” y le dije que hora era, comenzamos a conversar de cómo se llamaban, como me llamaba yo, que hacían estas lindas chicas solas y bla bla bla… resultó que todas ellas trabajaban en un estudio de Abogados cercano, que estaban saliendo porque era la despedida de una de ellas y habían decidido salir a tomar algo para la despedida. Conversamos más cosas y bueno llegaron las personas con las cuales me tenía que reunir. Cuando llegaron los chicos, me indicaron para pasar a la mesa que su diligente secretaria había reservado. Nos saludamos, hablamos por el lapso de unos 20 minutos y uno de ellos no se aguantó y me preguntó por qué no invitaba a mis “amigas” a la mesa. Esta cena era una reunión de camaradería, no íbamos a discutir nada importante así que acepte. A los cinco minutos Rocío, Ada y Liz se encontraban en nuestra mesa y nuestra tímida mesa de 4 se había convertido en una divertida mesa de 7 en la cual todos reían y los “tíos” trabajaban en impresionar a estos “deliciosos pastelitos”. Luego de una hora, sonó el teléfono de Germán y este decidió pararse y retirarse de local, las cosas estaban parejas éramos tres contra tres la batalla estaba desatada y todos tratábamos de conquistar el morro rival y clavar nuestra bandera en la trinchera del oponente. Las chicas trataban de escapar de las balas, misiles teledirigidos, estrategias de entrada, bombas de humo, bombas flash y demás artilugios bélicos que utilizaban los chicos. Tranquilamente observaba como José y Eduardo hacían cuanta estrategia se les ocurría para ir contra Rocío y Ada respectivamente; mientras que Liz y yo tranquilamente observamos la guerra desatada. Conversamos algunas cosas con Liz, tomamos unos tragos más y me ofrecí a llevarla a su casa. Eran prácticamente las once y media así que decidí pararme, solicitar mi cuenta, pagarla a lo cual José dijo que no me preocupara que el invitaba. Caminamos con Liz, paramos un taxi y señaló la dirección de su casa. Subimos al taxi y conversamos, intercambiamos número telefónicos, emails, tarjetas de presentación y bla bla bla… cuando me despedí de ella me comentó que hoy día (sábado) iba a estar en Asia, yo estoy en estos momentos en casa de mi primo pero hay tanto solo que no me atrevo a salir así que no sé… estoy con el celular listo para presionar el botón verde y que este llame a Liz, no obstante me comprometí en llegar para la tarde a Lima para acompañar a mi madre a su sesión de rehabilitación...
Qué difícil situación…
p.p. qué tal calor!, necesito unas cheliñas…

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