¡No sirvo para eso!

Bueno pues, resulta que luego de haber tenido mi apetecible mañana corriendo tabla (vestido como foca y pareciéndome a una) tenía un almuerzo de trabajo en Lima, así que regresé temprano, luego de tener este almuerzo acompañe a una chica a comprar ropa.
Es la segunda o tercera vez que hago esto, la primera vez dije: “mmm…, me divertí PERO no soy creado para esto”.
Me parece increíble la habilidad que tienen las mujeres para pasear por las galerías, ver como les queda cada prenda que se prueban, consultar a su compañero y bueno pues decidirse por algo.
En el transcurso de esta odisea llamada “Vamos a buscar ropa con una chica”, quiero denotar algo que no me había percatado hasta antes de ese día.
1. Las mujeres utilizan colores por estaciones, es decir tonalidades de colores.
2. Las chicas tiene diferentes tipos de ajuares para cada ocasión: vestido para cena, vestido para playa, vestido para cine, vestido para cena formal, vestido para salir a comer “pollo” (lo siento me pareció cómico decir eso), vestido de noche, vestido de día, vestido largo para matrimonio, vestido corto para matrimonio, vestido para discoteca (es más tienen un vestido para cada tipo de discoteca a la cual quieren ir)
3. Las féminas no solo se fijan en la talla, el precio, sino también en la calidad (no sabía la diferencia entre algodones, no sabía que un polo en tal tejido se deforma, que una tela se arruga más que la otra, etc.)
4. Las mujeres son capaces de encontrar más de 1 000 000 de tonalidades de cada color.
Entonces encontré para lo que no soy bueno, NO SOY BUENO PARA HACER COMPRAS, sirvo como acompañante, PERO NO PARA COMPRAR.
La segunda cosa que no va conmigo es la de salir a citas ciegas… LO JURO NUNCA MÁS! Resulta pues que mi querido primo recién sale de una relación y sus amigos decidieron hacer una reunión para conocer chicas. Salimos junto a 4 chicos más, en total éramos 6, un número excesivo lo sé, llegamos pues a un conocido bar barranquino, caracterizado por sus buenos tragos en base de pisco. Pues era como 1030 cuando llegamos a este bar, los amigos de mi primo ya se encontraban allí con algunas bebidas encima y con un ramillete de 6 chicas. Las mejores chicas ya habían sido “tomadas” por sus galantes acompañantes, ante la situación decidimos “alegrarnos” un poco y veríamos que pasa luego. Mi primo escogió quien sería su “cita” y bueno me quedé con la chica que sobraba. Conversamos, tomamos unas cuantas copas y a medida que el alcohol va subiendo, las cosas se van calentando y bla bla bla… esta chica comienza a comportarse un poco extraño (mirada perdida, caminada graciosa, la “luenga se lo traabaaa”, comienza a hablar eufórica mente –esh la primersh vez que io hago eso, pero me pareshe divershtido-, luego se desmaya).
Durante el tiempo que estábamos en el bar con las chicas yo no paraba de “mensajear” a la susodicha que había acompañado en la tarde a comprar, quedamos que fácil la encontraba en donde ella iba.
Una vez que las chicas se desmayaron, devolvieron todo el alcohol y luego intentaron “agarrar”, me paré indignado y conversé con mi primo explicándole que no quería permanecer ni un minuto más en ese lugar.
NO SIRVO PARA CITAS A CIEGAS, NO SIRVO PARA SER NIÑERO DE NINGUNA CHICA EBRIA
Bueno finalmente decidimos enrumbar hacia donde estaba “la chica de la ropa”, llegamos timbré, envié mensajes y no obtuve respuesta, decidí pasear por con mi primo por la discoteca, subimos a la zona vip pero nunca las encontramos, desmoralizado y triste no sabía qué hacer…
NO SIRVO PARA ENCONTRAR PERSONAS EN UN LUGAR CON MUCHA GENTE
Finalmente, como decía me encontraba a punto de salir cuando una chica me llamó por mi nombre, volteo y no tenía la menor idea de quién era así que para ser cortés decidimos iniciar una conversación amena la cual terminó en los boxes de una discoteca hasta las 630 am. Decidí ir a mi casa pero primero tenía que pasar por la casa de mi primo, pasamos por allí y estaba su hermano en una juerga maleada que terminó en una apetitosa “chicharronada”.