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sábado, 16 de enero de 2010

Navidad…

Este año, fue un tanto extraño. En mi lista de regalos faltaba algo… faltaba ese detalle de ingresar sendas horas en centros comerciales, buscar el regalo que yo considero perfecto para mi enamorada…
Este año, solo me dediqué a ver juguetes. Desde luego que le regalé algo a Mónica y comprendí que no le gustó… bueno en fin para que entrar en detalles.
Resulta que mi familia decidió viajar al norte para pasar navidad, viajamos a la casa de los abuelos y nos reunimos con el resto de la familia. El viaje fue agotador, manejar cerca 10 horas con un sol abrasador sobre la cabeza no es algo que me anime mucho, no obstante después de varios años iba a pasar navidad con mi familia, así que había que realizar este sacrificio.
Llegamos a la casa de los abuelos el mismo 24, prepararon la cena y yo decidí salir a dar una vuelta, me encontré con amigos de la infancia, adolescencia… amigos que me acompañaron a hacer “pendejada y media”, amigos que siempre me apoyaban para “llevarme” a alguna incauta o como quieran llamarla. Quedamos en reunirnos el 25, el 26 y el 27.
Luego de haber celebrado la navidad en familia, salí con ellos el 25 llamé a la “incondicional”, aquella chica que cada vez que iba a casa, estaba dispuesta a salir conmigo. Llamé a Maria Alejandra, contestó con cierta emoción le dije que pasaba por ella. Media hora después me encontraba conversando Mariale, riéndonos de todas las anécdotas que habíamos pasado juntos, de las conversas, los puchos, las chelas, los momentos compartidos.
No nos veíamos como hace cuatro años, ella estaba muy parecida, habría estado igualita sino se hubiese oscurecido el cabello. Ella me dijo que había subido de peso, sin embargo se me seguía viendo bien. Entramos a la fiesta, bailamos, tomamos, fumamos unos cigarrillos y llegó lo inevitable. Estábamos sentados y la mire fijamente, me acerqué a ella y nos besamos. Me sentí como si hubiese retornado a la adolescencia.
La noche siguió su curso, fui a dejar a Mariale a su casa y regresé a la casa de los abuelos con una gran sonrisa.

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