La primera candidata

La ruptura aún estaba fresca, en mi cabeza retumbaban su última frase: “Si te vas te olvidas de mí, nunca más me buscas”… eran cerca de las 10 de la noche y no había ningún plan, creo que me había sumergido tanto en mi relación que había perdido algunos amigos y no tenía nada que hacer.
Llegó una llamada salvadora, una amiga me pasó la voz de una “reu” en una “jato” de una “flaca” que conocía y no la veía hace mucho, en fin decidí asistir. Tomé un baño, me afeité, un poco de colonia, un poco de gel y el sonido estridente de la voz de mi vieja con su típico ¿vas a salir?, no má me estoy poniendo lindo para ir a la cama… (pensé para mí), sin contestar cogí las llaves de mi auto, abrí la cochera y me enrumbé, pasé por mi amiga antes de ir a la “reu”. Al llegar el panorama era desolador, conocía a alguna gente pero estaba fuera de foco, me senté y me serví un vaso de gaseosa, prendí un pucho y a socializar.
Me sentía un poco raro, el no contar con la mano de Karla, ni mucho menos con sus “deja de fumar”, en fin aún la extrañaba (hasta esa noche). Se me acerca una chica, Mónica es su nombre, no la conocía pero comencé a conocerla y me gustó. Cabello lacio, ojos marrones oscuros, piel blanca, bonita figura, alta y por increíble que pareciera tenía cerebro. La “reu” se volvió entretenida, conversamos por horas, seguí con mi vaso de gaseosa, bailamos, intercambiamos números de nextel y ya, simplemente me despedí y me retiré.
Quiero decir que desde ese momento Karla dejó de estar en mi cabeza, Mónica me ha deslumbrado, su sonrisa me entretiene y si hago un paralelo con mi antigua relación, en esta nueva oportunidad hay mucha más empatía y simpatía.