Calentando motores!!

Al día siguiente de haber conocido a Mónica me levanté con una sonrisa de oreja a oreja, había salido de mi letargo y volvía a ser el de antes, el de antes de entrar en una relación sinuosa de dos años.
Armado de valor agarré el nextel y le mandé una alerta… tensos segundo de agonía y tensión… y en eso cuando había perdido la esperanza de que ella contestara un bipido y mi nombre saliendo por el altavoz generaron en mí una reacción casi convulsiva, agarré el nextel y comenzó la conversación:
- Hey Mónica ¿cómo amaneciste?
- Bien todo bien, ¿qué tal la pasaste ayer?
En mí pensé: flaca, que quieres que te diga, eres preciosa, en fin guardé la compostura y punto.
- Bien, muchas gracias, eres muy divertida, espero mantener contacto.
- Sí, claro uno de estos días podríamos salir.
- Ok está bien, que te parece si nos vemos hoy, tengo que hacer algunas cosas por tu oficina así que nos podemos ver.
- Ya está bien, así quedamos.
La mentira más grande del mundo, si bien mi oficina estaba cerca significaba dejar mil y un pendientes y urgentes para ese momento, no obstante lo ameritaba. A la hora de almuerzo cogí el auto y me chocan, dictaminaron mi sentencia de muerte al confesarme que me voy a pasar todo el verano sin auto, mis escapadas al sur han muerto con esto, y mi fiel compañero de miles de historias, se encuentra en cuidados intensivos.
En fin, en la tarde tomé un taxi y estuve allí, conversamos le serví de chofer sin auto y la pasamos bien. De esta manera comenzamos a salir, hubo caminatas, colillas de cigarros, botellas de vino, bolas de helado y muchos, muchos taxis a su oficina a las 530 pm que es a la hora que ella sale salir.
No sé congenio mucho con ella pero bueno hay sus detalles…