Las cosas han cambiado

Llegó el miércoles 31 de marzo, el tercer mes de este 2010 se fue en un abrir y cerrar de ojos, por las mañanas se puede sentir ese pequeño frio aproximándose. Este “fin de semana largo”, pronosticaba grandes acontecimientos. Llegué el miércoles por la noche y me fui a dormir a las 8 pm, el jueves 1 a las 4 am me encontraba ya despierto, encendí el auto, fui por mi primo y partí rumbo a mi ciudad natal. Llegamos en la mañana, paramos a tomar desayuno por allí y comenzó la aventura.
Llamamos a los amigos en común y salimos con ellos a la playa a tomar unas chelas y comer un rico ceviche. Allí nos encontramos con todos los amigos que se habían quedado en casa y comenzó el desmadre. Eran cerca de las 5 pm ya y estaba un poco cansado, tomé un taxi y fui a casa para dar una dormida. Ya cerca de las 10 pm mi celular comenzó a sonar. Contesté el teléfono y era un amigo. Este me dijo que vaya a su casa. Me bañé, cambié y enrumbé hacia su casa. Cuando llegué me di cuenta que no conocía ni a un ¼ de las personas que estaban allí, las chicas simpáticas ya no estaban tan simpáticas, las niñas habían crecido, la “incondicional” ya no era más la incondicional y tuve el primer “rebote” de la noche. Era la media noche y me acerqué a Mariale le invité un vaso de cerveza, conversamos un poco y cuando la invité a bailar me dijo que no poda porque su enamorado era celoso.
De esa manera pasé la noche dando tumbos, hasta que conocí a Alejandra, tan dulce, tan bella, tan fresca, tan termo; debo decir que recibí una cucharada de mi propia medicina. Salí con ella todo el fin de semana y solo reboté… creo que necesito más gym, un buen corte de cabello, un cambio en la ropa jajaja… no sé qué pasó el volver a jugar en mi cancha de local hoy en día es muy difícil.